Los “cucaitas” eran indígenas que poblaron el noreste del departamento de Boyacá, antes de la llegada de los españoles. Según los historiadores, el poblado, durante la época precolombina, estaba ubicado en la ribera oriental de una laguna que se extendía por todo el valle hasta Samacá, y era una especie de “seminario” o lugar de reclusión para los futuros sacerdotes muiscas. De ahí el significado que se establece de su nombre: Sombra de Labranza, derivado de: Cu, que significa semejanza; Ca, cercado, fortaleza, mansión; I, sombra, y Ta, labranza.
Cucaita es un pueblo pequeño y muy acogedor. Está ubicado a escasos 20 km de Tunja y el casco urbano dista a pocos metros sobre la vía que conduce a Villa de Leyva. En la ruta de entrada hay un llamativo arco o portal que da la bienvenida a los visitantes, con una inscripción que dice: “¡Acogemos la paz de Colombia!”. Posee un clima agradable y varias de sus construcciones conservan aún el estilo colonial, entre ellas una hermosa casona que funciona como hotel para los visitantes, y la edificación donde opera la alcaldía municipal. La base de su economía es la agricultura y la ganadería, aunque su principal atractivo turístico es de orden religioso. Es radicional, en los días de la Semana Santa, la peregrinación hacia el cerro de Las Cruces y a una cueva cavada en la roca donde hay una imagen tallada del sepulcro de Cristo.
En los alrededores del imponente valle que rodea el municipio, hay importantes recursos naturales, como el páramo que nutre de agua a las quebradas El Chusque, El Escalón y Pijaos, y pequeños picos como Lomas de Azulejo y Las Cruces, el Alto de Calicanto y la Cuchilla de Peña Negra, los cuales confirman la importancia paisajística y biológica de la región.
Al parque principal lo adornan coloridos jardines que invitan a caminarlo, a cuyo costado se halla la parroquia de estilo colonial que cada domingo es visitada por fervientes feligreses. En las cercanías se sitúa un monumento en honor a Rafael Antonio Niño, un ciclista cucaitense que compitió en la década de 1970 y que ostenta el récord de seis títulos de la Vuelta a Colombia y cinco en el Clásico RCN, las competencias ciclísticas más importantes del país.