A Moniquirá se le conoce como “La ciudad dulce de Colombia”. Su historia dice, que el territorio era gobernado por el cacique muisca Susa, y que antes de que llegaran los españoles, su nombre era Ubaza, ubicado cerca del río Saravita. Dicho poblado fue trasladado a la vereda de Pueblo Nuevo y en 1556 fue ubicado en el sitio actual. En 1779 fue erigido como parroquia, y sus habitantes participaron en el movimiento comunero y en la Independencia. Durante un tiempo perteneció al cantón de Vélez, pero en 1857 pasó a formar parte del Estado Soberano de Boyacá.
A Moniquirá, por donde corren los ríos Moniquirá, Pómeca y Pescadero, se le atribuye la producción industrial de panela y bocadillo de guayaba, con la que se endulza gran parte de país. Moniquirá, gracias a las condiciones físicas, geográficas y climáticas que posee, se cultiva caña de azúcar, maíz, café, frijol, guayaba, naranja y yuca, entre otros, al igual que renglones ganaderos, industriales y turísticos; en este último, son variados los sitios que el turista puede visitar: el río Suárez, la cascada Real, los saltos de Los Micos, Pómeca y las Golondrinas, la cueva de Pueblo Viejo, el mirador del Granadillo, los termales El Salitre y la cueva con momias indígenas, entre otros. También está la imponente Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario, ubicada a un costado del parque principal, así como varios complejos turísticos y lugares para la recreación y degustar la gastronomía. Es famoso el mute moniquereño, una sopa que contiene mazorca, pata de res, papa, guascas y carnes de res y cerdo.
Los habitantes de Moniquirá son gente muy alegre, y preservan al máximo sus tradiciones y costumbres. Su amabilidad y cultura la dejan ver cotidianamente, pero sobresalen más cuando realizan actividades como: el Festival de Verano, donde se realiza el popular concurso de camisetas mojadas; la Feria Campesina, y su concurso de arriería; y la Feria del Dulce y el Bocadillo, que, en el 2018, llegó a la versión número 103, atrayendo cada vez más a miles y miles de turistas que no se van sin probar los más deliciosos dulces y postres que se fabrican en Boyacá y Colombia. Uno de los personajes moniquereños más reconocidos es el escritor Jairo A. Niño.