Si existe un lugar turístico afamado en Boyacá, no hay duda que ese destino se llama Paipa. El nombre del municipio fue tomado del cacique que gobernaba a los indígenas paipas, antes de que llegaran las tropas de Gonzalo Jiménez de Quesada, en 1539. En 1811, los habitantes de Paipa se unieron a la causa comunera, y el 25 de julio de 1819 tuvo lugar la Batalla del Pantano de Vargas, gesta que dio comienzo a la emancipación. A mediados del siglo XIX, el gobierno central comenzó a mostrar interés por el caudal natural de las aguas termales que había en la zona, pero sólo hasta 1938 se dio inicio a la construcción del complejo turístico de piscinas, que impulsó uno de los sectores económicos más importantes de la región.
En Paipa, cuyo nombre en lengua muisca significa gran señor benefactor, se hallan los ríos Chicamocha, Chontales, Surba y Salitre; sus suelos producen haba, papa, quinua, maíz, cebada, fríjol, trigo, frutales y carbón mineral. Sin lugar a dudas, a Paipa se le conoce por su enorme potencial ecoturístico y hotelero. Miles y miles de personas lo visitan cada año, tanto para disfrutar de sus termales, lagunas y parques, como para conocer su legado histórico, gastronómico y cultural, que lo hizo merecedor de ser declarado el municipio turístico de Boyacá, en 1960.
En Paipa se realizan más de diez actividades culturales todos los años, entre las que se destacan el Concurso Nacional de Bandas, el Festival de la Ruana y el Pañolón, la Conmemoración del Pantano de Vargas, la temporada de cine y teatro, entre otras. Entre los sitios que esperan para ser visitados están: el Lago Sochagota, la casa Hacienda El Salitre, el monumento a los lanceros, la estación del ferrocarril (declarado monumento nacional), los cerros El Cangrejo, El Picacho y La Guerra, las reservas Ranchería y Ecoandes, y las piscinas de aguas termales Parque Acuático ITP, El Delfín, Pozo Azul y La Playa. Como atractivo gastronómico, Paipa ofrece las famosas almojábanas, un amasijo de origen árabe hecho con harina, huevos, leche y queso campesino, que se acompaña con el refrescante y típico masato.