MUNICIPIO DE SOCHA
Historia
Socha -tierra de la luna, en lengua chibcha- se ha caracterizado también, así como la gran mayoría de poblaciones boyacenses, por esa mixtura de culturas que hilvanaron su historia, cultura y costumbres. En palabras de sus locales: “Pasó de ser el pueblo del sol y la luna para los boches, a ser la nodriza de la libertad para Colombia”.
Según la historia, el poblado de Socha, en la época prehispánica, estaba gobernado por el cacique Cajuca (hijo del agua) y los indígenas boches, bajo su mando, hacían sacrificios al sol (sua) y la luna (chía). Luego, los sacerdotes agustinos impusieron la devoción a la Virgen de la Candelaria. En 1819, durante la campaña libertadora, los sochanos se desvistieron en la iglesia del poblado (una de las más vistosas de la provincia) para cederle sus ropas al ejército patriota que había llegado desnudo. Este y otros hechos ocurridos
durante el tránsito de Bolívar y sus tropas por estas tierras, llenan de nostalgia y patriotismo la memoria de sus pobladores.
Economía
Están presentes los cultivos de papa, trigo, maíz, cebada y guayaba; se cría ganado y se extrae carbón, siendo esta última actividad comercial la más fuerte en la economía local.
Lugares turísticos
El municipio goza de varios sitios turísticos naturales e históricos para visitar; por ejemplo: “El pueblo de los diablos”, lugar que fue habitado por los boches; la cascada de El Boche, donde se rendía culto al agua; Socha Viejo, lugar por donde pasó Bolívar y sus tropas; la laguna de Socha, lugar de adoración a la luna y el sol; la antiquísima iglesia, llena de historia y rodeada de jardines y construcciones coloniales.
Gastronomía
Dentro de los platos típicos que conforman el menú local están los embutidos con carne de
cerdo, los envueltos, el mute de maíz, las repollas con arequipe y el pan integral.
Festividades
Son tradicionales las fiestas de la Virgen de la Candelaria, donde se mezclan el fervor católico y el legado patrimonial que dejó la Ruta Libertadora.