El municipio de Úmbita perteneció en sus comienzos a Chiriví (hoy Nuevo Colón). El nombre significa en lengua muisca tu punta o cumbre extrema. Luego de la llegada de los españoles, la población fue fundada por el párroco Juan Antonio Melo Pinzón en 1777, y la parroquia se denominó Nuestra Señora de Chiquinquirá de Úmbita. En 1821 Simón Bolívar visitó el municipio con el fin de reclutar soldados para su ejército.
Úmbita cuenta con una reconocida tradición agrícola. Según los historiadores, sus moradores son especialmente dedicados a las labores del campo; viven y sienten un gran arraigo por su tierra, su carácter está ligado a la vida familiar y a perpetuar sus tradiciones. Según datos locales, a mediados del siglo XX se creó el Instituto Técnico Agrícola, en la región de Icabuco, el cual ha venido capacitando técnicos agrícolas en la región y promoviendo el desarrollo en torno al campo. El 13 de junio de 1953 se inauguró la vía departamental de Úmbita, que une al municipio con Turmequé, contribuyendo al progreso de sus habitantes. En ese mismo año se construyó el Palacio Municipal. La población es famosa por el cultivo de papa, pero produce también maíz, arracacha, haba, arveja y frutales. La cabecera municipal está conformada por construcciones de tipo colonial y de arquitectura más moderna. Su afluente más importante es el río Bosque, el cual nace en las estribaciones de la cordillera Oriental.
La población cuenta con un patrimonio arqueológico y paisajístico importante, entre los que se destacan el Hueco el Infiernito, ubicado en la vereda Chuscal, donde se presume tenía su asentamiento el indio Icabuco; el Alto el Castillejo, uno de los sitios turísticos más visitados por lugareños y turistas, en cuya cúspide se encuentra la imagen de una virgen; la laguna de Agua Blanca, ubicada en la vereda Palocaído, es perfecta para el avistamiento de aves; La Piedra de Nueve Pilas, lugar utilizado por los indígenas como observatorio; la capilla en piedra de Santa Brígida de Suecia, lugar donde se apareció la Santa, y la Laguna Encantada de Peña Negra, escenario rodeado de pantanos, de difícil acceso, pero lleno de historias y misterios, entre otros. En enero se celebran las ferias y fiestas tradicionales.